Las Fuerzas Armadas de Corea del Sur y Estados Unidos anunciaron este domingo la elaboración de una nueva estrategia militar, la cual determina cuáles serán las acciones y medidas que tomarán ambas naciones para hacer frente, de forma conjunta, a la "amenaza norcoreana".
La agencia surcoreana Yonhap reseñó que el "Plan Combinado Antiprovocaciones" fue firmado por el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Corea del Sur, el general Jung Seung-jo, y el jefe de las tropas estadounidenses en Corea del Sur, James D. Thurman. Dicha iniciativa entró en vigencia este mismo domingo
"El plan completado incluye los procedimientos de consulta y acción para permitir una repuesta conjunta fuerte y decisiva de la República de Corea y EE.UU. a las provocaciones y las amenazas de Corea del Norte", señala un documento conjunto.
En tanto, el General Jung advirtió que Washington y Seúl "están dispuestos a tomar represalias con severidad a las provocaciones de Corea del Norte".
En ese sentido, precisó que la iniciativa contempla que los militares surcoreanos desempeñen un papel más activo en la toma de las contramedidas contra Pyongyang, con la asesoría, entrenamiento y apoyo del Departamento de Defensa norteamericano.
El texto sostiene que si las amenazas de Corea del Norte aumentan, EE.UU. proporcionará refuerzos a Seúl, provenientes desde la misma Corea del Sur, así como también desde Japón y otros países de la región que están en el ámbito del Comando del Pacífico estadounidense.
"Al completar este plan, hemos mejorado nuestra postura conjunta de preparación para que nos permita responder de manera inmediata y decisiva a cualquier provocación de Corea del Norte", concluyó el comunicado.
Aunque Pyongyang no ha emitido una respuesta oficial, semanas atrás denunció que Washington y Seúl estaban ostentando su poderío militar, violando el armisticio que puso fin a la Guerra de las Coreas, entre 1950 y 1953.
En vista de ello, el Gobierno norcoreano confirmó a principios de mes que ya no cumplirá la tregua de cese al fuego y, adicionalmente, cortó el único canal de comunicación que existía con Seúl, recrudeciendo las tensiones en la península coreana.
Desde febrero pasado, Corea del Sur y EE.UU. utilizan bombarderos estratégicos B-52 y submarinos nucleares en las maniobras militares conjuntas que realizan en la región.
El Gobierno de Pyongyang calificó este hecho de una "provocación imperdonable", y afirmó que se verá obligado a llevar a cabo un "contraataque militar fuerte", en el caso de que estos bombarderos estratégicos sobrevuelen la península de nuevo
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