Télam

Del fuego "y chiflar bajito"


                 

La situación inesperada vivida en Paysandú, conocida por todos, reafirma aquello de que  cuando dudamos de algo, buscamos su reafirmación mediante pruebas. Pareciera ser, que la perspectiva de fraternidad, sobre todo en una línea de horizontalidad- se desdibuja. Y entonces se vuelve necesario "dar a conocer" para que se sepa lo que cada uno/a está haciendo y aquí es donde la fraterna solidaridad se desmorona. Nada queda de pie. 

Esto queda demostrado ,pasa en nuestras vidas, las selfies, las trasmisiones en  vivo (que aumentan el nerviosismo de quienes están a km de sus familiares), las fotografías masoquistas tomadas desde lo más cercano posible, parecería ser que quieren testimoniar de que somos tal persona, o tal otra. 

Es una actitud clara de auto convencimiento en extremo, es una actitud que no se entendió muy bien aun, lo que son los valores prosociales- en este caso la fraternidad horizontal-. Se  necesita de evidencias empíricas, de mostrarnos "in situ" que estamos ahí colaborando, para ser "ser creíbles"

Entonces quedamos no muy bien parados sintiendo: "Soy feliz, estoy acompañado y acompañando, estoy siendo solidario/a", tengo que mostrarlo. Y allí viene la incoherencia, allí es donde perdemos la horizontalidad y la objetividad.    

Toda acción humana que involucre a otros es una acción que puede ser evaluada éticamente, porque de la intencionalidad que persigue es cómo la valoraremos. Desde siglos atrás- recuerden a Blancanieves- en la historia de la humanidad el espejo no es la primera vez que quiere ser adulterado, obligado a reflejar otra cosa. Pero él sigue mostrando lo mismo: la necesidad de ser los mejores y  tal vez lo vacío que estamos de la verdadera fraternidad-solidaria.

La prueba no es para la posteridad y revivir cuando ya no seamos tan jóvenes, la prueba es para el ahora, porque es ahora que debemos de llenar nuestras vidas con contenidos, con valores prosociales- donde no existen las víctimas y los /as superhéroes salvadores/as. ¡NO! porque en la solidaridad el "nosotros" es todo, lo individual no existe. Menos en una sociedad donde  nada alcanza aún, porque falta mucho.

Lo triste es que en estas situaciones inesperadas de catástrofe colectiva, vemos cómo el "escaparate de la vidriera"  ha "chupado como esponja" a  hombres y mujeres de izquierda. Por suerte no a todos/as. Porque es claro que se perdió aquello anónimo de hacer aparecer flores en los locales para los compañeros que ya no volverían, de la nada de una bolsa con comestibles o ropa para los gurises sin más prueba que la mirada sincera que busca reconfortar al otro, más que a uno mismo. Se perdieron en realidad los valores prosociales: quizá en ellos haya que trabajar como fuerza política. Quizá un buen ejercicio sería comenzar a trabajar en el modelo de Comunicación de Calidad Prosocial (CCP),(*) de Escotorín y Roché. Nos ayudaría quizá a volver a aquel anonimato tan de izquierda. Como decía alguien: "sin bombos ni platillos".

No me sale chiflar bajito pero es lo mejor. 

Vi a un pueblo unido sin diferencias de ningún tipo compartiendo necesidades y angustias y el esfuerzo por salvar lo de todos, su comunidad. Pero llegamos los/as de afuera, remeras de colores, ansiosos por ayudar. Y lo hicimos bien, pero no se pudo con la pesada mochila que cargan algunos/as. Son quienes precisan la reafirmación permanente de su yo. Y no vieron la gran enseñanza de la gente de los pueblos: de ser no "muchos/as  unos/as", sino "nosotros" el FA. Sin más nombre propio que ese. Para reflexionar: nos perdimos ser "nosotros". 


(*) https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/125855/gpes1de1.pdf
me gusto el capitulo 3.4.2 Beneficios de la Comunicacion Social 

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